Sonríe, llora, que mañana todo puede estar peor, haz del día a día algo mejor. No pienses demasiado,
sueña en grande, sueña sin limites, que si algo nos sobra es cielo. Naufraga y choca con la realidad. Estos tiempos son difíciles pero no te detengas, no tengas miedo a fracasar. No olvides lo que te gusta hacer, tus pasatiempos, que la rutina no te aplaste, no dejes de hacer lo que te hace bien. Nadie dijo que la vida fuese fácil. Aprende a pedir perdón, gracias y por favor. No perderás tu orgullo por admitir que no eres una máquina, que sientes y que la vida también te duele, que puedes tropezar y caer. Guardate los recuerdos, y no olvides de donde vienes, y a donde vas.

Los sueños, sueños son.

Ella: ¿Qué haces?
El: Nada, juego con una pelota jaja... Te extraño.
Ella: Yo también, quiero verte. ¿Qué tan lejos está Roma de Madrid?
El: Hmmm, no sé. Tengo una idea, pero dirás que estoy loco.
Ella: ¿Qué idea?
El: No cuelgues, voy a cambiarme y a empacar algo de ropa.
Ella: ¡¿Qué?! ¿Ropa para qué? ¿De qué hablas?
El: Te necesito; necesito verte.
Ella: Estás demente jajaja, no eres capáz.
El: ¿Bromeas? Lo haré, pero tienes que hablarme todo el camino.
(Empaca, sale al auto y empieza a conducir)
Ella: Esto es una locura, aún no te creo capáz.
El: Estoy decidido; ¡si no te veo me volveré loco, lo sé!
(Se oye un frenazo y cornetas de autos)
El: ¡Sal de mi camino, idiota! ¡Voy a ver al amor de mi vida!
Ella: ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
El: Sí, sólo un imbécil daltónico que no sabe la función de un semáforo.
Ella: Jajaja. Te amo.
Él se queda pensativo unos segundos mientras conduce...)
El: Yo también te amo.
(Llega al terminal y empieza a hablar con la encargada de los boletos)
El: Señorita, ¿a qué hora sale el primer tren a Madrid?
Ella: ¡¿Es en serio?!
Srita: Sólo queda un boleto y sale en una hora aproximadamente.
El: Perfecto; quiero ese boleto.
Ella: ¡Respóndeme! ¡Estás demente!
El: Shhh. También quieres verme, ¿o no?
Srita: Aquí está, disfrute el viaje.
El: Gracias.
Ella: ¡Qué nervios! ¿Cómo me haces esto? Estás loco, Angel.
El: Jajaja. Así de loco me quieres.
Ella: ¡No! En serio, ¿estás seguro de lo que estás haciendo? ¿Dónde te vas a quedar?
El: Jajajaja. Rayos, no lo había pensado. ¿Estás en tu computadora?
Ella: No, pero está cerca, ¿por qué?
El: Consigue el número de un hotel cercano y me lo pasas, por favor.
Ella: Hmmm, bueno; ¿cómo llamarás sin colgar? Dijiste que hablaríamos todo el camino.
El: Existe más de un teléfono en el mundo, mi cielo.
Ella: Tonto. ¿Tienes para anotar?
El: Sí, dime.

(Ella le da el número del hotel)
El: Jaja gracias; ya reservo.
(Él llama y reserva una habitación)
Ella: No lo puedo creer aún, de verdad.
El: Cálmate; no es nada comparado con todo lo que yo haría por ti.
Ella: Cállate, eres un tonto.
El: Te amo
Ella: Yo también te amo.
El: Estoy aburrido, divierteme mientras espero al maldito tren.
Ella: ¡No maldigas! Maldita sea.
El: Jajaja tonta.
Ella: Estás demasiado demente.
El: ¿No tienes otra cosa que decirme? Ya sé que estoy demente jajaja.
Ella: Hmmm, ¿cómo se supone que te divierto?
El: No sé; creo que ya subiré al tren.
Ella: ¿Te dejan ir con el teléfono?
El: Eso espero, dije que hablaríamos todo el camino.
(Entra al tren; por suerte, aún hablando por teléfono)
(Ella ríe con un tono de ironía)
El: ¿De qué te ries?
Ella: De nosotros, esto es increíble.
El: Si no quieres no lo hago.
Ella: Jajaja estás en el tren, no hay vuelta atrás; a demás, si quiero y lo sabes.
El: Jajaja es verdad, igual no pienso dar marcha atrás.
Ella: ¿Qué se supone que le diré a mi mamá?
El: No sé, tampoco lo había pensado.
Ella: ¿A quién engañas? Tú no piensas jajaja.
El: Gracias, yo también te quiero, corazón. (Tono de ironía)
Ella: Sabes que sí jajaja.
El: Si no fuera así, no estaría en esta locura.
Ella: Dime qué ves.
El: Mucha gente, muchos asientos... (Mira por la ventana.) Hmmm, árboles, más gente, casas.
Ella: Quiero estar ahí contigo.
El: Aquí estarás cuando te secuestre y nos escapemos jaja.
Ella: ¡Sí, claro!
El: Esto se está moviendo ya.
Ella: Qué locura, no puedo creerlo.
El: Es real, nos veremos en unas horas.
Ella: ¿Qué llevarás puesto? ¿Cómo te reconozco? ¿Dónde nos veremos?
El: Cálmate, una pregunta a la vez jaja.
Ella: ¡Responde, no es chiste!
El: Sueter blanco, jeans, gorro blanco... ¿Podemos vernos en el parque del que me hablaste?
Ella: ¿El que está aquí cerca de donde vivo?
El: Sí, ese.
Ella: ¿Cómo sabrás cómo llegar aquí?
El: Preguntando, supongo, después me las arreglo, es lo de menos.
Ella: ¿Es en serio todo esto?
El: Amor, estoy montado en un tren; escuchaste mientras compraba el boleto; casi que me reservaste la habitación del hotel; ¿Te queda alguna duda?

Ella: Es que es tan surrealista; esto no pasa; no a mi.
El: Está pasando. Ahora dime: ¿cómo te reconoceré?
Ella: ¡Ni siquiera sé qué ponerme!
El: -En voz baja- Mujeres...
Ella: Cállate, te escuché.
El: Jajajaja perdón, perdón. ¡Ya dime!
Ella: ¡No lo sé! -Se levanta, busca entre su ropa- ¡No tengo nada para ponerme!
El: Qué exagerada, algo ha de haber; sino así mismo como estés.
Ella: ¡¿Qué?! No, estoy en pijama, Angel.
El: No me importa lo que lleves puesto, me importa que seas tú. ¡Quiero verte ya!
Ella: Ya, después veré; mientras busco, dime qué ves.
El: El cielo...
Ella: ¿Cómo está? Descríbelo para mi.
El: Azul, con pocas nubes... Tienes que verlo, le tomaré una foto.
Ella: Tómate una foto a ti también.
(Le toma la foto a la ventanilla y una a él con los ojos cerrados con fuerza y sacando la lengua)
El: Ya está, salí feo, ya no me vas a querer.
Ella: Jajaja ¡Quiero verla!
El: Quiero una foto juntos. No, ¡quiero MUCHAS fotos juntos!
Ella: Qué vergüenza que me vean contigo, mejor no jajaja.
El: Jajaja ok. ¡Me quiero bajar del tren, el amor de mi vida ya no me quiere ver!
Ella: ¡Cállate, loco! Qué idiota eres, ¡qué idiota!
El: Tú te lo buscaste jajaja.
Ella: ¿Cuánto falta?
El: No lo sé, no mucho, supongo...
(Pasadas unas horas el tren se detiene, él se baja y busca su equipaje)
El: ¿Dónde puedo alquilar un auto? No te sacaré a pasear en bus jajaja
(Ella le dice el sitio, él para un taxi y va por un auto; luego empieza a conducir a la casa de ella)
El: ¿Dónde era?
Ella: ¿Dónde estás?
El: Jajaja no tengo idea. Espera, ya sé.
(Para otro taxi y le indica la dirección a donde va para que lo guíe)
El: Soy un genio; le dije a un taxista que me conduzca hacia allá.
Ella: ¡Y yo aún no sé qué ponerme!
El: Estoy cerca.
Ella: ¡¿Qué?! ¡¿Ya?!
El: Sí, pero antes tengo que comprar una cosa, tienes tiempo.
Ella: ¿Qué cosa?
El: ¿Qué te importa? Jajaja no te quiero decir.
Ella: ¡Dime!
El: Ehmm, nada, nada, ya voy para allá.
Ella: Hmmm ok.
(Se detiene en una floristería y compra la rosa más bella del lugar)
Ella: ¿Qué es eso que se oye? ¿Dónde estás?
El: Nada, ya voy en camino.
Ella: ¡Nunca me dices nada!
El: Ya tendrás oportunidad de golpearme por eso jaja.
Ella: Sí, es lo primero que haré.
El: ¡Escucha! Pon atención.
Ella: ¿Qué?
(Le sube el volumen al radio del auto; se oye "just the way you are" - Bruno mars)
El: When I see your face...
Ella: ¡Te odio! Cantas feo, cállate.
El: No me importa, canta conmigo.
Ella: No, eres demasiado tonto jajaja.
El: Estoy en el hotel que me dijiste. ¿Ahora hacia dónde?
(Ella le indica la dirección y él llega a la puerta de la urbanización, donde habla con el vigilante)
El: Buenas tardes.
Vigilante: Sí, ¿qué se le ofrece?
El: Vengo a ver a Andrea Gutierrez. Casa número 10.
Vigilante: Ok, pasa.
El: Gracias.
Ella: ¡Dios!
El: Dios no; Angel, por favor.
Ella: Imbécil jajaja.
El: Ya estoy afuera, no sé qué casa es la 10, así que iré al parque.
Ella: Espérame ahí.
El: Estoy nervioso, ya no quiero jajaja.
Ella: ¡Vete, pues!
El: ¿Después de todo lo que recorri? Estás loca.
Ella: Ya estoy lista, voy para allá, ¿ya puedo colgar?
El: ¡No! Quiero verte llegar hablando por teléfono.
Ella: Jajaja ¿por qué?
El: ¿Qué haré mientras vienes? Hablarte me calma.
Él está sentado en uno de los bancos del parque impaciente por verla y escondiendo la rosa detrás de sí. No para de reirse de los nervios por el teléfono y no puede evitar mirar hacia las casas a cada segundo para verla llegar. De pronto ve que alguien se acerca; una chica de cabello largo y castaño. La chica está sonriendo y sosteniendo un teléfono. Ella lo mira y baja la cabeza riendo de los nervios. Los dos se sonrojan. Él se levanta y va hacia donde está la chica.
Ella: ¿Hola? Jajaja qué locura, en serio.
El: Wow...
Ella: ¿Qué? Cállate, estoy demasiado nerviosa.
El: ¿En serio eres tú?
Ella: Duh, tonto.
El: Eres demasiado hermosa.
Ella: ¡Cállate!
El: Tengo algo para ti.
(Saca la rosa y se la entrega mirando fijamente sus ojos mientras ella casi no puede sostenerla de los nervios)
Ella: Gracias... Qué hermoso.
El: No podía llegar con las manos vacías.
Ella: ¿Nos sentamos? Creo que tenemos demasiado de qué hablar...
El: Claro, vamos.
(Se sientan en el banco donde él esperaba en un principio y comienzan a hablar. Ninguno de los dos puede creer que el otro esté así; tan cerca)
El: Ven, vamos a los columpios.
(La toma de la mano y van corriendo como niños; se sientan a seguir conversando)
Ella: Dime, ¿soy como imaginabas que sería?
El: No... Eres aún más perfecta... A ti puedo tomarte de la mano y ver como te sonrojas cuando te ries.
Ella: Cállate.
(Lo suelta y se cubre la cara con sus dos manos. El rie tiernamente al ver que se ruborizó por lo que dijo. Toma una de sus manos y empieza a jugar con sus dedos. Ambos se miran. Él le aparta el cabello de la cara rozando suavemente sus mejillas y ella toma su mano. Ambos sonríen, no pueden creerlo...)
Ella: Quiero ver la foto que le tomaste al cielo y la tuya.
El: Listo, pero no puedes burlarte de mi.
Ella: Trataré, pero sé que saliste muy feo.
(El saca la cámara y le enseña las fotos. Ella se queda mirando la foto de él con ternura y una sonrisa se forma en su cara)
El: Ya viste, jaja devuelveme la cámara.
Ella: No, sonríe.
(Ella apunta la cámara hacia él y le saca una foto)
El: Ey, tenemos que salir los dos, sino no vale.
Él se levanta y toma la cámara; se inclina detrás de ella poniéndose a un lado y enfoca la cámara hacia los dos. En eso, sin querer, sus mejillas se rozan y él se aleja un poco para voltear a mirarla. Ella hace lo mismo y se miran mutuamente. Él se acerca y cierran los ojos. Roza sus labios con los de ella y empieza a besarla a lo que ella responde. Fue el beso más hermoso, el momento más hermoso en la vida de ambos. Al darse cuenta de lo que estaba pasando, se separan un poco y se abrazan. No quieren que ese momento se termine.
Ella, tartamudeando y casi sin poder hablar de los nervios, finalmente dice: ¿Y la foto..?
El: Claro, la foto...
Ambos sonríen y él toma la foto. Se queda admirandola unos segundos y, sin quitarle los ojos de encima a aquella cámara, toma la mano de ella y la aprieta suavemente.
Él despierta con lágrimas en los ojos, le da un golpe a la almohada y se vuelve a dormir...




3 comentarios:

  1. K blog mas chulo me encanta jiji

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  2. Sin palabras. Al principio he pensado que era demasiado largo, luego, me he enamorado completamente <3

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