Miles de pedazos.

Sé quién eres, sé donde vives. Sé a quién amas, y también sé que lloras hablando con él. Sé que lloras viendo tu pasado, sé que lloras cuando estás sola, cuando no te ven, lloras callada, gritando, encerrada, y antes de dormirte. Sé que por tu cabeza pasan miles de preguntas, sé que en vez de encerrarte hasta que te falte el aire tomas calmantes para aliviar antes el dolor. Sé que tienes graves complejos de inseguridad, sé que los escondes en tu piel. Sé que odias verte en un espejo, sé que piensas que tu cuerpo da asco, sé que te duelen las críticas, y sé que te desahogas vomitando. Sé que escribiste todo tu futuro en un viejo papel, sé que te duele no poder ser perfecta, sé que hablas cuando duermes, y también sé que intentas usar ropa vieja para ver si conservas tu antigua ‘figura’. Sé que te confundes, sé que le prometiste no volver a cortarte, y sé que no puedes evitarlo. Sé que tienes miedo de perderle, y sé que él es lo único que te queda. Sé que tu vida es complicada, pero sé que él inconscientemente te ayuda a seguir. Sé todo de ti, porque siempre estoy contigo, siempre que lloras en el baño… voy a hacerte compañía, y escucho tus problemas mientras miro tus ojos húmedos de tanto llorar. Siempre estoy ahí, y te observo en silencio. Siempre estoy. Estoy ahí, en un huequecito, observándote, hasta que caes dormida.